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Claudia McKeen

EL DESARROLLO Y LA SALUD DE LOS NIÑOS

La pedagogía Waldorf responde a los pasos evolutivos del niño con una secuencia formativa de 0 a 18 años. Para muchos niños esto significa un camino a través de casa-cuna, jardín de infantes, escuela primaria y escuela secundaria.

Con respecto a LOS EFECTOS DE LA ATENCIÓN GRUPAL SOBRE EL DESARROLLO Y LA SALUD DE LOS NIÑOS, Rainer Böhm se orienta hacia sus colegas médicos diciendo: “Las planificaciones actuales de ampliación de las casas cuna, están determinadas prioritariamente por aspectos económicos, ignorando considerablemente los aspectos referido s la salud. Para un saludable desarrollo empero, los niños – y sobre todo en los tres primeros años de vida – necesitan el amor y el tiempo de sus padres. Nosotros, los pediatras, tenemos que tomar en cuenta en mayor medida nuestra misión de defensores de una salud infantil estable”. Los estudios por él presentados, muestran con claridad el efecto de la atención fuera del hogar sobre la salud de los menores de tres años, sobre todo su dependencia de la calidad de la casa cuna y la relación de las personas encargadas, con respecto a la cantidad de niños. Estos niños de la casa cuna luego también serán aquellos que necesitan ser cuidados durante todo el día en el jardín de infantes y de la escuela van a la guardería. La mayor parte de su infancia, la pasan bajo cuidado de profesionales en instituciones ¡aquí también necesitamos defensores con respecto a la salud infantil! ¿Qué significa para el niño, en los primeros años escolares, vivir en la escuela desde las siete de la mañana hasta las cinco o seis de la tarde?

¿Qué parámetros y qué exigencias tenemos que solicitar de la atención extra-escolar, para que los niños puedan desarrollarse en adultos libres y sanos? Aquí el aporte de Detlef Diskowski es un pedido hecho a los políticos, de no privilegiar intereses económicos, sino al bienestar de los niños. Entonces no se podrá alegar que las aulas vacías por la tarde pueden ser aprovechados como lugares de  contención de los niños, sino que los niños necesitan para el tiempo libre de enseñanza, espacios especialmente edificados e instalados en los cuales no sigan vivenciando programas supervisados a modo de horarios y donde en cambio puedan simplemente jugar y ser niños. Dado que el juego no finaliza con el jardín de infantes. Escuela como lugar de vida. Para que se haga justicia con la infancia, la atención no puede ser continuación de la escuela, ni tampoco “guardadero” ni apoyo escolar, ni atención para realizar las tareas del hogar.

Cuando me visitó mi suegra, procedente de Brasil, cierto día me preguntó asombrada si aquí en Alemania no hay niños, puesto que en ningún lado estaba viendo niños jugando…

Artículos como los dos mencionados son valiosos, dado que de otro modo dentro de algunos años como podremos darnos cuenta lo que significa para la salud, cuando un número cada vez mayor de niños es atendido en casas cuna y cuando mediante la ampliación edilicia de la escuela, el medio ambiente de los niños de la mañana hasta el anochecer es la escuela. Cuando esto se convierta en lo normal de la infancia. Hoy estamos luchando por los derechos de la infancia, y al mismo tiempo estamos aboliendo la infancia! Nunca antes hemos estado tan conscientes de la salud, nunca antes hemos tenido tantos programas para el fomento de la salud y el desarrollo, pero simultáneamente obligamos a los niños a ejercer una vida que hace peligrar su sano desarrollo. Estamos inmersos dentro de un enrome experimento pedagógico y el barómetro tiene que ser la cuestión de la salud. A partir de la salud, el sano desarrollo de los niños tenemos que visualizar la calidad de nuestra pedagogía y desarrollar los conceptos.

Para ello es necesaria la tarea mancomunada de médicos y pedagogos, lo que deben dar respuesta a muchas preguntas aún abiertas que han podido ser observadas en las últimas décadas:

¿Por qué se registra un aumento de las enfermedades crónicas,  como depresiones, diabetes, reuma? ¿Acaso con el retroceso de las enfermedades infantiles febriles, inflamatorias, hemos adquirido el aumento de las enfermedades crónicas, cuyo tratamiento es considerablemente más grave y extenso? ¿Por qué hay cada sexto niño padece neurodermitis, cuando en 1960 solo era cada trigésimo? ¿Por qué se duplicó el número de enfermos de Alzheimer en los últimos 20 años? Por cierto que esta evolución tiene motivos diversos. Pero la manera en la cual estamos llevando a cabo la atención, el cuidado de los niños conduce a los mismos fenómenos en el caso de no estar atentos y exigir una máximo de calidad. Los niños padecen estrés, tienen mayor disposición a las infecciones, sufren en medida mayor de adipositas, agresiones y depresiones.

La educación y las condiciones educativas pueden ser enfermantes, pero también pueden poseen un efecto sanador. Rudolf Steiner señala una uy otra vez que el educar constituye un sutil curar, pudiendo disponer salud para toda la vida. Del mismo modo como la  depresión, adipositas, diabetes son factores de riesgo para el enfermarse de Alzheimer, ese peligro se reduce a la mitad en las personas que tienen una postura positiva en la vida y tienen proyectos para el futuro, viendo un sentido en la vida.

Esto no es un emprendimiento contra la atención extra-escolar que hoy es inimaginable descartar en nuestra sociedad, sino el pedido de configuración de espacios infantiles de la mejor calidad posible, que permite el sano desarrollo del niño.

29.9.2012