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Traducción: Ana María Rauh

Rudolf Steiner

WIE FINDE ICH DEN CRISTUS? - ¿CÓMO PUEDO ENCONTRAR AL CRISTO? (G A 184)

Cuando hoy contemplamos científico-espiritualmente al hombre, al hombre en su vida anímica, podemos decir que en esta vida anímica, en tanto que por un lado está conectada con la vida del cuerpo, y por el otro lado con la vida del espíritu, tiene lugar una triple inclinación hacia el mundo suprasensorio.

Esta triple inclinación hacia el mundo suprasensorio en realidad entonces debe ser desmentida, cuando nada queremos tener que ver con el mundo suprasensorio. El ser humano tiene una tendencia a reconocer aquello que podemos denominar, lo DIVINO en general.

Tiene una segunda tendencia-naturalmente estamos hablando del hombre en el actual ciclo evolutivo –de reconocer al CRISTO. Y una tercera tendencia: reconocer aquello, lo que habitualmente suele llamarse ESPÍRITU, o también, el ESPÍRITU SANTO.

Con referencia a estas tres tendencias sabemos que existen personas, que las contradicen. Justamente en el siglo 19, en él, al menos las cosas se han llevado al colmo, se pudo vivenciar suficientemente, que la gente ha negado absolutamente lo divino en el mundo.

Podemos preguntar de manera científica espiritual – dado que en la ciencia espiritual no se duda de lo divino - : ¿qué incentiva al hombre a negar lo divino?, aquello que en la trinidad se denomina DIOS PADRE? Allí, la ciencia espiritual nos está indicando, que en cada uno de estos casos, en los cuales el hombre niega al dios-padre, vale decir, directamente lo divino en el mundo, aquello divino que por ejemplo se reconoce también en la religión israelita – que en cada caso, en el cual se niega lo divino, tiene lugar en el cuerpo humano un real y auténtico defecto físico, una enfermedad física, una carencia física. Para el científico-espiritual, ser ateísta significa ser enfermo en algún sentido. Naturalmente se trata de una enfermedad que no curan los médicos; sucede que ellos mismos frecuentemente padecen esa enfermedad – una enfermedad que no es reconocida como tal por la medicina de la actualidad…

Es empero una enfermedad que la ciencia espiritual encuentra en el hombre, cuando el hombre niega aquello que ahora tiene que sentir no a través de su constitución anímica, sino a través de su constitución corporal. Al negar aquello que le inspira un sano sentimiento de su cuerpo: que lo divino transpone al mundo, entonces según los conceptos científicos espirituales está enfermo, corporalmente enfermo.

Luego existen muchas personas que niegan al Cristo. La ciencia espiritual tiene que contemplar la negación del Cristo como algo que en realidad es una cuestión del destino y que atañe la vida anímica humana. Negar al Cristo… la ciencia espiritual lo tiene que considerar como una desgracia. Negar a Dios: una enfermedad; negar al Cristo: una desgracia. Poder hallar al Cristo ciertamente es una cuestión del destino, ciertamente es algo que tiene que ver con el Karma de la persona. Es una desgracia, no tener una relación con el Cristo.

Negar al espíritu o al ESPÍRITU SANTO, significa una indiferencia, una insensibilidad del espíritu propio. El hombree consiste de cuerpo, alma y espíritu. Con respecto a los tres puede tener un defecto. En el caso del ateísmo, existe un real defecto patológico frente a lo divino. No hallar en la vida aquel vínculo al mundo que nos permite reconocer al Cristo, es una desgracia. No hallar al espíritu en nuestro propio interior, es un embotamiento, en cierto modo es un idiotismo, un idiotismo más refinado y no reconocido.

Y bien, mis queridos amigos, se trata de plantear la pregunta: ¿Cómo puede el hombre encontrar al Cristo? Y es justamente de aquello que hablaremos hoy, de aquel hallar al Cristo, que puede acontecer en el curso de la vida, mediante el propio alma humana. A menudo escuchamos de almas, que realmente son almas en seria búsqueda: ¿Cómo encuentro al Cristo?

Al querer obtener una respuesta comprensiva al respecto, la podemos obtener únicamente, contemplando a la pregunta dentro de un contexto ciertamente histórico. Queremos ubicar frente a nuestra alma un contexto histórico, que en definitiva en la referencia del día de hoy nos conducirá a la respuesta de la pregunta: “¿Cómo puedo yo encontrar al Cristo?”

Como sabemos, nuestra época de la  historia actual – contemplado científico-espiritualmente- ha comenzado en el siglo 15. Para dar una cifra intermedia, podemos señalar al año 1413. Pero si no queremos fijar una fecha pormenorizada, simplemente podemos decir: en el siglo 15, la vida anímica del hombre se constituyó de la manera como hoy la tenemos.

Al no reconocer esto en la historia reciente, el motivo de ello es meramente aquel que la historia de la actualidad solamente toma en consideración hechos referidos a lo externo, y en su naturaleza como “fable convenue”, no tiene idea alguna del hecho que, yendo del siglo 15 hacia atrás, los hombres pensaron de manera diferente, sentían de manera diferente, actuaron de diferente manera, a partir de sus impulsos, siendo radicalmente diferentes en su vida anímica, con respecto a la vida anímica de los hombres de la actualidad. La época que por entonces en 1413 llegó a su fin, se había iniciado en 747, vale decir en el 8vo siglo previo a la era cristiana. De modo tal que aquello que en lo científico-espiritual denominamos período cultura griego-latín, cuenta desde 747 hasta 1413. Dentro de este espacio de tiempo, como sabemos, aproximadamente en el primer tercio de ese espacio, tuvo lugar el Misterio de Golgotha.

Como ustedes saben, este Misterio de Golgotha, sobre todo ha sido captado anímicamente por el alma en las épocas previas al tiempo moderno en los siglos 15, 16, etc. Luego comenzó la época aquella, en la cual se comenzó a leer los Evangelios en amplios círculos populares. Después empezó también la discusión acerca de que si los Evangelios realmente son documentos, comprobantes históricos. Y esta pelea – como ustedes saben – hasta nuestros días sigue en vigencia. Hoy no nos ocuparemos con diferentes fases de esta pelea, que sobre todo juega un rol importante en los círculos de la teología protestante; ubicaremos frente a nuestra alma solamente aquello que hoy podemos decir con respecto a aquello que se está buscando con le pelea acerca del Misterio de Golgotha.

En la era materialista se ha tomado la costumbre de querer comprobar todo de manera materialista. En la historia se define al “comprobar” como aquello atestiguado mediante documentos. En el lugar donde  se encuentra expedientes, se supone que realmente ha acontecido un hecho histórico, al cual se refieren esos expedientes. A los Evangelios no se le podría atribuir seguramente tal fuerza comprobatoria. A partir de mi libro “El Cristianismo como hecho místico”, ustedes saben lo que son los Evangelios. Son todo lo contrario a documentos  históricos, son libros inspiratorios, libros de iniciación. Antiguamente se los ha tomado como “documentos históricos”, ahora mediante real investigación se ha descubierto que no se trata de documentos históricos. También se ha descubierto que todos los demás documentos contenidos en la Biblia, no son documentos históricos. Y un reconocido teólogo, teólogo justamente reconocido, Adolf Harnack, como resultado de la nueva investigación de la Biblia  ha constatado, que aquello que históricamente se puede saber acerca de la personalidad del Cristo – Jesús, se puede resumir en un cuarto de página.

En ello, hay una sola cosa correcta, si se me permite expresarme de una manera tan paradójica: ¡que eso TAMPOCO es verdad! ¡Que eso, que se estaría escribiendo en ese cuarto de página, tampoco sería cierto! Lo único cierto al respecto es que no existen documentos realmente sostenibles acerca del Misterio de Golgotha. Cuando como historiador hoy preguntamos: ¿Se puede comprobar históricamente al Misterio de Golgotha? – desde el punto de vista de la actual investigación de la historia tenemos que responder: no pude ser comprobado exteriormente.

Esto empero, mis queridos amigos, tiene su buena razón. Según la decisión de la sabiduría divina, ¡el Misterio de Golgotha no debe poder  comprobarse exterior-materialistamente! Por la simple razón que el misterio de Golgotha – como el hecho más importante acontecido en los sucesos terrenales – debe ser accesible únicamente de manera supra-sensoria. Aquel que quiere encontrar un comprobante externo materialista, no lo encuentra; sino que finalmente a través de su crítica se da cuenta, que no existe tal comprobante. Es que la humanidad debe ser colocada frente a la decisión, justamente con respecto al Misterio de Golgotha, de confesarse: tengo que valerme de lo suprasensorio, puesto que de otro modo no puedo hallar algo así como lo es el Misterio de Golgotha. El Misterio de Golgotha ciertamente debe obligar al alma humana, de encontrar el camino a lo suprasensorio, a partir de comprobantes sensorios. Por lo tanto tiene su buena razón, que el Misterio de Golgotha no puede ser comprobado científico-naturalmente, ni de manera histórica. Esto justamente será lo significativo de la ciencia espiritual de estos últimos tiempos, que cuanto toda ciencia externa, toda la ciencia meramente apoyada en lo sensorio, tendrá que confesarse, que no posee acceso alguno al Misterio de Golgotha, cuando hasta la teología en el caso de ser crítica, se comportará no-cristianamente – será la ciencia espiritual, que tendrá que conducir a los hombres al Misterio de Golgotha. Pero sobre un camino suprasensorio, que hemos descripto reiteradas veces.

Podemos preguntarnos entonces: ¿Cómo ha sido la situación de la humanidad, cuando el Misterio de Golgotha aconteció en la cuarta era cultural post-atlántica, griega-latina? Y bien, mis queridos amigos, ustedes saben lo que significa ese espacio del tiempo. En el curso del tiempo, la humanidad se desarrolla de manera tal que ciertamente desarrolla los diferentes miembros de la naturaleza humana. Ustedes saben, que en la época egipcia-caldea, previa al año 747, el hombre era introducido mediante su desarrollo hacia aquello que llamamos alma sensible; en la época griega-latina al alma racional, y  desde el año 1413 en nuestra quinta época post-atlántica al así llamado alma consciente. De modo tal que podemos decir: la esencia de la cultura griega-latina desde 747 antes de Cristo hasta 1413 consiste en el hecho de educar a la humanidad en orientación hacia empleo del alma racional.

Preguntémonos: ¿Cuándo ha sido la mitad de esta época? – la mitad – porque podemos suponer: si esta época tuvo una duración desde 747 antes del Misterio de Golgotha hasta 1413, entonces tuvo una parte media, en la cual hasta ese entonces se había desarrollado de manera creciente esa alma racional, que luego se desarrollo de modo descendente. Ese momento es el año 333 al cabo de nacimiento del Cristo-Jesús. Por lo tanto, 333 es un momento muy importante en la evolución de la humanidad, la mitad de la época cultural griega-latina. 333 años antes de esta mitad, se encuentra el nacimiento del Cristo-Jesús, es decir aquello que ha conducido al Misterio de Golgotha.

Podemos apreciar en su conjunto la situación de la humanidad correctamente al preguntarnos: ¿qué hubiese acontecido, si el Misterio de Golgotha no hubiese sucedido? Entonces podríamos apreciar el hecho del valor que el Misterio de Golgotha tiene para la humanidad, cuando preguntamos: ¿qué hubiese pasado, si el Misterio de Golgotha no hubiese sucedido? Entonces, naturalmente, la humanidad hubiese llegado sin el Misterio de Golgotha, solamente mediante sus propias fuerzas elementales, hasta la mitad de la cuarta época post-atlántica en el año 333. Hubiese desarrollado a partir de sí misma, todas las facultades correspondientes al alma racional. Las hubiese tenido en los siguientes siglos.

Esto experimentó un cambio esencial por el hecho de que se produjo el Misterio de Golgotha. Aconteció algo muy diferente a aquello que hubiese sucedido de otro modo, algo enormemente diferente. Al contemplar al Misterio de Golgotha, para caracterizar este acontecimiento especial que a la tierra entera le otorga un sentido, podemos considerar justamente a ESE aspecto como el más importante: que solamente existe un acceso suprasensorio al Misterio de Golgotha, que solo podemos llegar a él, a través del camino suprasensorio.

¿Esto a qué se debe? Esto se debe a que el hombre a pesar de que el espacio del tiempo, en el cuarto espacio post-atlántico, próximo al año 333, se acercó al cúmulo mayor del alma racional, que el hombre entre el nacimiento y la muerte en su vida física, estuvo muy lejos de comprender la naturaleza del Misterio de Golgotha mediante las regulares fuerzas humanas.

Aquello de lo que depende es que podemos desarrollarnos y alcanzar una avanzada edad: ¡con las fuerzas que mediante el desarrollo de nuestro cuerpo desplegamos entre el nacimiento y la muerte dentro de nosotros, no podemos comprender al Misterio de Golgotha! Es por ello que también los contemporáneos, los contemporáneos al Cristo lo amaban, los discípulos, los apóstoles, solamente por esa razón podían comprender – en la medida en al cual debían entenderlo – que estaba pasando con el Cristo-Jesús, al cual rodeaban: que en cierto sentido estaban provistos con clarividencia atavística y a través de la misma, tenían una idea de aquel que los acompañaba. Pero no lo poseían a través de las propias fuerzas humanas.

Y luego también escribieron los Evangelios – los redactores de Evangelios – valiéndose de antiguos libros de misterios. Escribieron a estos poderosos Evangelios, a partir de la antigua fuerza atavística clarividente – no a partir de fuerzas, que hasta ese entonces se habían desarrollado naturalmente, procedentes de fuerzas humanas naturales.

El alma humana empero, sigue desarrollándose, aun después de pasar por el umbral de la muerte. Esta alma humana que sigue desarrollándose, también después de haber pasado por el umbral de la muerte, crece en las fuerzas de su comprensión aun al cabo de la muerte; aprende a comprender más y más.

Sucede lo particular, que los contemporáneos del Cristo, que a través de su amor al Cristo se habían preparado con respecto a una vida en Cristo al cabo de la muerte que los mismos, a partir de las propias fuerzas humanas, comprendieron plenamente al Misterio de Golgotha. Es decir que aquellos que han vivido con el Cristo como sus discípulos y sus apóstoles, murieron luego, siguieron viviendo en el mundo espiritual, y al estar viviendo en el mundo espiritual, sus fuerzas creciendo de igual manera como crecen aquí.

Sucede que en ocasión de la muerte no estamos en condiciones aun de tener una comprensión tal, como la tenemos al cabo de dos siglos de la muerte. En realidad, los contemporáneos recién en el segundo siglo – ya llegando al siglo tercero – se hallaban en condiciones de que en el reino espiritual por el cual el hombre pasa entre la muerte y un nuevo nacimiento, por sí mismos no llegaron a la comprensión de aquello que habían vivenciado dos o tres siglos antes, aquí en la tierra. Y entonces desde el mundo espiritual inspiraron a las personas aquellas que se hallaban aquí abajo en la tierra.

Al leer desde este punto de vista aquello que han escrito los así llamados padres de la iglesia en el siglo segundo, en el tercero – cuando la inspiración comenzó en el justo sentido – podemos descubrir cómo entender aquello que ha sido escrito por los padres de la iglesia, acerca del Cristo-Jesús. Aquello que fuera inspirado por los muertos contemporáneos del Cristo-Jesús, se ha comenzado a escribir en el siglo tercero acerca del Cristo-Jesús, en un lenguaje bastante no-comprensible.

Quiero hacerles mención de una persona -podría señalar asimismo otra, pero justamente quiero mencionar una, despreciada por la actual cultura materialista: aquella de la cual la cultura materialista dice, que ha pronunciado una frase terrible: “Credo quia absurdum est” = “Quiero mencionar al Tertullianus”.

Al señalar al Tertullianus, que ha vivido aproximadamente en la época en la cual ha comenzado la inspiración desde las alturas, por parte de los muertos contemporáneos del Cristo-Jesús, y quien en la medida que le fuera posible como ser humano, estuvo bajo esa inspiración… al leer efectivamente a ese Tertullianus, obtenemos una impresión muy particular. Naturalmente escribió de manera tal como debía hacerlo según su constitución humana. De hecho podemos tener inspiraciones, pero se presentan siempre de manera tal como las podemos captar. Es así que también Tertullianus no pudo reproducir la  inspiración de manera completamente límpida; la ofreció de manera tal como pudo expresarla en su cerebro humano: en primer término, porque no moraba en un cuerpo moral y en segundo lugar, porque en un sentido era apasionado y fanatizado. Escribió como le salía pero salía de manera muy particular, al ser observado a través de un criterio verdadero y  correcto.

Este Tertullian se nos presenta desde un aspecto singular: un romano, con una formación literaria no demasiado elevada, pero un escritor de magnifica fuerza de expresión. Podemos afirmar: Tertullianus es aquel quien ha adecuado el idioma latín al cristianismo. Ha sido quien encontró la posibilidad de transponer al cristianismo. Ha sido quien encontró la posibilidad de transponer ese idioma prosaico, exento de toda poesía, ese idioma puramente retórico, el idioma latín, con un temperamento tal, con semejante sagrada pasión, que realmente habita vida anímica en la obra de Tertullianus, especialmente en “DE CARNE CHRISTI” por ejemplo, pero también en la obra aquella en la cual trata de negar todo aquello  de lo cual se acusa a los cristianos. Han sido escritas con un temperamento sagrado y con una maravillosa fuerza expresiva. Y como romano – y así lo muestra DE CARNE CHRISTI- este Tertullianus no tenía prejuicios frente a su propia pertenencia romana. Encontró magníficas palabras al defender los cristianos, frente a la persecución por parte de los romanos. Los maltratos ocasionados a los cristianos para que nieguen su pertenencia al Cristo Jesús, eran condenados temperamentalmente por él, de manera tal que decía: ¿Acaso vuestra conducta no muestra suficientemente, que vuestro comportamiento frente a los cristianos es injusto? Tenéis que modificar todo vuestro proceso judicial, al implementarlo contra los cristianos. HABITUALMENTE obligáis al testigo mediante torturas a no negar su participación; lo obligáis que reconozca la verdad, aquello que realmente opina. En el caso de los cristianos, estáis procediendo a la inversa: ¡lo torturáis, para que niegue lo que realmente opina! Como jueces, frente a los cristianos os estáis comportando de manera opuesta al caso de vuestro comportamiento habitual. En otra oportunidad estáis buscando la verdad mediante maltratos; en el caso de los cristianos, queréis enteraros de la mentira – y de manera similar, en palabras que realmente reflejan la verdad, Tertullianos habló de muchos temas.

Al respecto podemos decir que al lado de ser un hombre vigoroso y valiente, que tenía plena conciencia de la nulidad del servicio romano a los dioses, siendo además un hombre que en oportunidad de todo aquello que escribía, testimonió su pertenencia al mundo suprasensorio. Habló del mundo suprasensorio de manera tal que se veía: este hombre sabe lo que significa hablar del mundo suprasensorio. Habla de demonios de la misma manera, como habla de sus conocidos, como seres humanos, y habla por ejemplo de los demonios de manera tal que dice: ¡Preguntad a los demonios, si el Cristo aquel del cual los cristianos sostienen que es un dios verdadero, es realmente un verdadero Dios! Colocad un real cristiano frente a un poseído del cual está hablando un demonio… entonces podréis ver, en el caso que logréis que habla, os confesará que él mismo es  un demonio; puesto que está diciendo la verdad.” (Esto lo sabia Tertullianus, que los demonios no mienten al ser consultados.) “Los demonios empero también os dirán – cuando el cristiano los pregunta a partir de su conciencia – que el Cristo es Dios. Solo que lo odian por estar combatiéndolo. De los demonios podéis saber que este es el verdadero Dios.”  Es decir, que Tertullianos no solamente se refiere a Tertullianus, sino al testimonio de los demonios. Habla de los demonios a modo de testigos, que no solamente hablan, que asimismo reconocen, que Cristo es el Dios verdadero. Todo esto lo dice Tertullianus por cuenta propia. Al conocer a Tertullianus como escritor, podemos preguntarnos: ¿Cuál ha sido la profunda confesión del alma de Tertullianus, quien ha sido apoderado de la mencionada inspiración – cuál ha sido la confesión profunda del alma de Tertullianus?

Esta confesión de hecho es muy instructiva. Dado que Tertullianus ya intuía algo de aquello que en realidad recién al cabo de bastante tiempo de la época de Tertullanus sería revelado a la humanidad. En definitiva, Tertullianus adhirió a tres pasajes de la naturaleza humana:

Primero: la naturaleza humana es de manera tal que en la época actual (vale decir, en la época del Tertullianus, hacia el final del siglo pos cristiano segundo), tal como es ahora, puede cargar con el mayor oprobio, negando al mayor acontecimiento terrenal. Cuando el hombre tan solo sigue a sí mismo, se priva a acceder al mayor acontecimiento terrenal.

Segundo: su alma no posee la fuerza suficiente para comprender al mayor acontecimiento terrenal.

Tercero: al tomar encuentra tan solo aquello a lo que lo posibilita su cuerpo mortal, al hombre le resulta absolutamente imposible, establecer una relación hacia el Misterio de Golgotha.

Estas tres cosas son acaso la confesión del Tertullianus. A partir de estas tres cosas, Tertullianus ha pronunciado las palabras: Crucificado se ha al hijo de Dios, esto no es una deshonra, porque es vergonzoso. También ha muerto, justamente por eso es creíble, porque es disparatado.” “Prorsus credible est, quía ineptum est.” Esto justamente es creíble por ser disparatado: esta oración la redactó Tertullianus. La otra oración, la cual le atribuye al mundo: “Credo, quí absurdum est” no figura en lugar alguno, ni en los escritos de Tertullianus, ni en las escrituras de padre alguno de la iglesia; pero esta frase que acabo de decirles, fue implementada por aquel entonces…la mayoría de las personas nada saben de Tertullianus, excepto esta frase, que no es cierta. Tercero: “y el sepultado se ha levantado (-dice Tertullianus)- porque es imposible. Tenemos que creerlo, porque es imposible.

Este triple dicho realizado por Tertullianus, naturalmente resulta ser algo horrible para los inteligentes hombres modernos. Imaginemos tan solo un autentico personaje con formación materialista que escucha que alguien dice: el Cristo ha sido crucificado; tenemos que creerlo porque es denigrante. El Cristo ha muerto; tenemos que creerlo, porque es tonto. El Cristo realmente ha resucitado; tenemos que creerlo, porque es imposible.” ¡Imaginemos la relación que puede establecer un auténtico contemplador monista del mundo frente a tales oraciones!

¿a qué se estaba refiriendo empero Tertullianus? Mediante su inspiración, Tertullianus se ha convertido en un auténtico conocedor de lo humano de esa época, advirtiendo el camino por el cual estaba transitando la naturaleza humana en aquella época.

Los seres humanos estaban yendo al encuentro de los venideros siglos del período cultural pos atlántico cuarto griego – latino. Justamente a tantos años como el Misterio de Golgotha había antecedido a la mitad de ese espacio del tiempo, 333 años, se había planificado por determinados poderes espirituales, conducir al desarrollo terrenal hacia vías completamente diferentes a aquellas a las cuales luego fue conducido, por el Misterio de Golgotha! 333 años al cabo del año 333, son 666; es aquella cifra de años, de los cuales el redactor del Apocalipsis habla con gran énfasis. ¡Leamos los lugares en cuestión, en los cuales el escritor del Apocalipsis habla de aquello que se refiere a la cifra 666! Allí, según las intenciones de determinados poderes espirituales debía acontecer algo, y hubiese acontecido a no ser que aconteciera el Misterio de Golgotha. Al camino descendente, que desde 333 hubiese estado destinado como punto culminante de la cultura del alma racional, a ese camino descendente se hubiese empleado para conducir a la humanidad a una senda completamente diferente a la cual debía llegar según la intención de aquellas entidades divinas, con las cuales estaba vinculada desde el comienzo, desde la época de Saturno. Esto debía acontecer mediante el hecho de que algo que debía llegar a la humanidad más tarde – el alma consciente con sus contenidos – le sería dado a la humanidad a través de una revelación ya en 666.

Si esto se hubiese llevado a cabo, si se hubiesen cumplido las intenciones de seres opuestos a la evolución humana, que querían adueñarse del desarrollo de la humanidad, entonces la humanidad en 666 se hubiese sorprendido con la aplicación del alma consciente, hecho que debe producirse recién  al cabo de un mayor tiempo.

Sobre esto se basa aquello, que siempre realizan las entidades ENEMIGAS  de los dioses: que aquello que estas buenas entidades espirituales en una posterior época quieren  bridar a los hombres, intentan trasladarlo a una época anterior, en la cual la humanidad no ha alcanzado la debida madurez. Aquello que debía acontecer recién en la mitad de nuestra época, lo que debe tener lugar recién 1080 años después del año 1413, lo que por lo tanto debe suceder en el año 2493, (allí el hombre estará preparado con respecto del consciente dominio de su propia personalidad), ya sería inoculado en 666 a las fuerzas del hombre a través de poderes ahrimánicos-luciféricos.

¿Qué pretendían lograr con ellos estos seres? De esta manera querían otorgarle al hombre, el alma consciente, con lo cual a su vez le hubiesen implantado una naturaleza, que le hubiese impedido encontrar su adicional camino hacia el yo espiritual, hacia el espíritu de vida y hacia el hombre-espíritu. Se hubiese truncado su camino futuro, requiriendo vías de desarrollo del hombre completamente diferentes.

La historia no tuvo lugar tal como había sido planificado en esta figura especial, en esa figura fenomenal, grandiosa pero endemoniada; los rastros empero, han quedado marcados en la historia. Pudieron llevarse a cabo por el hecho de que acontecieron cosas, de las cuales tan solo podemos decir: los hombres las realizan sobre la tierra, pero en realidad las realizan siempre, al constituirse en cómplices de aquello que ciertas entidades espirituales llevan a cabo a través de seres humanos. Y de esta manera, también el emperador Justinian ha sido un cómplice de determinadas entidades, cuando él, que había sido un enemigo de todo aquello que provino de la elevada sabiduría griega, cerró en 529 las escuelas filosóficas en Grecia; de modo tal que los últimos restos de la sabiduría griega con los elevados conocimientos platónicos y de Aristóteles eran desterrados, huyendo hacia Persia, hacia donde con anterioridad, cuando Leo Isaurijus en el siglo 5to, a similares sabios había desterrado de Edessa. Y de esta manera se ha reunido en proximidad del año que se acercó a 666, en la Academia persa de Gondhischapur, realmente aquello que ha sido seleccionada sabiduría, proveniente de la antigua Gracia y que no había tomado en cuenta al Misterio de Golgotha. Y en la Academia de Gonshischapus, daban cátedra aquellos, que estaban inspirados por fuerzas luciféricas-ahrimánicas. Si hubiese sido exitoso aquello que debía abarcar la  humanidad toda en el año 666 – lo cual si hubiese ocurrido, hubiese conducido a la anulación del posterior desarrollo y a la elevación de la humanidad ya en el año 666 – dispuesto por la Academia de Gondhischapur, en el siglo séptimo se hubiesen generado por doquier personas eruditas, geniales, que debían recorrer el norte de África, el occidente asiático, el sur de Europa y luego Europa toda, para divulgar allí aquella cultura de 666, propuesta por la Academia de Gondhischapur. Esa cultura tenía como misión principal, ubicar al hombre plenamente sobre su personalidad, colmarlo plenamente con el alma consciente.

No fue posible que esto así sucediera. El mundo ya había adoptado una configuración diferente a aquella que debía ser para que aquello aconteciera. Por eso se truncó todo el impulso que iba golpear la cultura occidental, proveniente de la Academia Gondhischapur. Y en lugar de originarse una sabiduría, frente a la cual todo aquello que hoy sabemos en el mundo exterior seria una pequeñez, en lugar de que se hubiese producido una sabiduría de manera espiritual acerca de todo aquello que debe ser conquistado hasta el año 2493, poco a poco mediante el experimentador y mediante las ciencias naturales, y que se hubiese producido a través de una brillante y magnífica erudición, solamente quedaron los restos de ello, en aquello que sabios árabes han traído a España. Pero también ya se hallaba trucado – no se ha producido del modo previsto, ha sido embotado. Y en su lugar ha quedado la fe musulmana, Mahoma con su teoría y solamente  ha venido  el islamismo, en lugar de aquello que debería haber partido de la Academia de Gondhischapur. A través del Misterio de Golgotha, el mundo ha sido apartado de esa dirección funesta.

Y ha sido apartado por el hecho de que ya con anterioridad no tan solo ha acontecido el Misterio de Golgotha, sino que este Misterio de Golgotha ha acontecido como suceso tal que no puede ser comprendido por las habituales fuerzas humanas hasta la muerte; razón por la cual dentro de la humanidad occidental, justamente se ha generado aquello que referido anteriormente como INSPIRACIÓN POR PARTE DE LOS MUERTOS, así como lo hemos notado en Tertullianus y muchos otros. De esta manera, el sentido de los hombres fue guiado al Misterio de Golgotha, y con ello, a algo muy diferentes a aquello que partiría de la Academia de Gondhischapur. De esta manera se expandió aquello que ha impedido que aquella elevada sabiduría endemoniada de la Academia de Gondhischapur se promulgara en detrimento de la humanidad.

Mucho de aquello que fuera inspirado por los muertos, se ha revelado de manera fragmentada, pero así y todo ha amparado a la humanidad de soportar aquello que las almas hubiesen tenido que asimilar en el caso de que la Academia de Gondhischapur hubiese logrado su propósito.

Pero acontecimientos tales como los intentados por la Academia de Gondhischapur, ciertamente se llevan a cabo entre bastidores, con respecto al desarrollo exterior del mundo. Suceden en lo suprasensorio. Los hombres están en relación con los mismos, pero los acontecimientos de hecho tiene lugar en lo suprasensorio. Y estos acontecimientos, ya sea aquello que estaba buscado por la Academia de Gondhischapur, o el acontecimiento de Golgotha, pueden ser evaluados según aquello que acontece en el plano físico. Al querer caracterizar tales acontecimientos, los tenemos que buscar en profundidades mucho, mucho mayores a lo que habitualmente se supone.

De hecho a la humanidad le ha quedado algo de aquello que por entonces estaba previsto a que suceda y solo ha quedad trucada en cierta mediad, siendo de que lo maravilloso planificado resultan solo el fantasioso, misterio islam… ¡Sí, que ACONTECIÓ algo a la humanidad! Ha acontecido, que por entonces la humanidad, la humanidad en su conjunto, sobre la cual ha actuado el impulso de Gonshischapur – este  impulso nuevo-persa, que a destiempo retornó al  impulso de Zarathustra – ha padecido un quiebre interior, ¡que llega hasta su corporeidad!. Por entonces la humanidad ha recibido  un impulso, que penetra hasta la corporeidad física, con el cual seguimos naciendo: el impulso que en realidad se asemeja a aquello que acabo de caracterizar. A la humanidad le ha sido inoculada la enfermedad aquella que, si se manifiesta,   conduce al denegar del Dios-Padre.

Recordemos entonces: la humanidad, tratándose de la humanidad civilizada, hoy tiene un aguijón en el cuerpo. Y es San Pablo, quien mucho habla de este aguijón… esta humanidad lleva un aguijón en el cuerpo: San Pablo habla de una manera profética; él como ser humano muy avanzado, ya lo tenía en su época, lo demás en realidad lo obtuvieron recién en el siglo7. Ese aguijón se expandirá cada vez más y será cada vez más significativo. Cuando hoy conocemos a una persona que se entrega plenamente a ese aguijón, a esa enfermedad, puesto que ES un aguijón en el cuerpo físico, es una real enfermedad – entonces se convierte en ateísta, será un negador de Dios; un negador de lo divino. En realidad cada persona tiene la disposición a ese ateísmo, al pertenecer a la civilización moderna, solo se trata, si se entrega a esa disposición. Dentro de sí el hombre porta aquella enfermedad que lo incentiva a negar lo divino, mientras que en realidad estaría dispuesto en su naturaleza, reconocerlo. Ciertamente esa naturaleza ha sido mineralizada en vierto sentido en aquel entonces, ha sido retrotraída en su desarrollo- de modo tal que todos nosotros portamos la enfermedad de negar a Dios en nuestro interior.

Mediante esta enfermedad negadora de Dios, se promueven diversas cosas en los hombres. Mediante la enfermedad negadora de Dios, se crea un mayor vínculo de atracción entre el alma del hombre y su cuerpo, que el existente con anterioridad y el existente en la misma naturaleza humana. Sucede, que el alma es ligada en mayor medida al cuerpo. Y mientras que el alma no está destinada por su propia naturaleza a participar de los destinos del cuerpo, de esta manera hubiese entrado en una vía, en la cual en medida cada vez mayor, participaría de los destinos del cuerpo, también de los destinos del parto, de la herencia y de la muerte.

Y ya por aquel entonces, los sabios de Gondhischapur ( y lo que en cierto modo buscan realizar en una forma más bien diletante a su vez, ciertas sociedades secretas en la actualidad) – buscaban realizar, que el hombre fuera poderoso para la tierra, muy sabio, pero a la par con la inoculación de esa sabiduría, hacer participar su ALMA  de la MUERTE; de modo tal que al pasar por el umbral de la muerte, no tuviese inclinación alguna, en participar de la vida espiritual en las siguientes encarnaciones. De hecho querían privarlo de una siguiente evolución. Querían cortarle todo desarrollo venidero. Querían conquistarlo para un mundo completamente diferente, que a  ellos pertenecía, conservarlo desde la vida terrenal, para desprenderlo de su destino en la tierra, de aquello que debe aprender a través de un lento desarrollo paulatino, y a través de lo cual llegará al yo espiritual, al espíritu de vida y hombre espíritu.

Por lo tanto, el alma del hombre tomará un contacto más íntimo al previsto con la tierra. La muerte, prevista únicamente para el cuerpo se hubiese convertido ciertamente también en destino del alma. El Misterio de Golgotha se opuso a ese intento. De modo tal que el hombre ha adquirido parentesco con la muerte, pero, por el Misterio de Golgotha ha sido amparado frente a este parentesco de muerte. Cuando por un lado una determinada corriente de la evolución mundial ha promovido un parentesco más estrecho del alma con el cuerpo humano al previsto, el Cristo, para mantener el equilibrio, ha sujeto al cuerpo más estrechamente al espíritu a lo previsto con anterioridad. De modo tal que a través del Misterio de Golgotha, el alma humana ha sido aproximada al espíritu a mayor mediad de la prevista.

Esto mis queridos amigos, nos faculta de hecho a saber, de qué manera el Misterio de Golgotha está relacionado con la síntomas fuerzas de la naturaleza humana a través de los milenios. Para poder aproximarnos históricamente de manera correcta al Misterio de Golgotha, tenemos que poder comparar la RELACIÓN RECÍPROCA, que por Ahriman y Lucifer le había sido destinado al hombre, la relación recíproca entre CUERPO Y ALMA con la relación recíproca de ALMA Y DE ESPÍRITU.

La iglesia católica, que ha estado muy supeditada bajo los restos del impulso de la Academia de Gondhischapur, en el Concilio Ecuménico en Constantinopla, en el año 869, dogmáticamente ha determinado, que no debía creerse en el espíritu… porque no quería dar explicaciones generales acerca del Misterio de Golgotha, y en cambio se quiso cubrir con oscuridad al Misterio de Golgotha. En 869, el espíritu fue derogado por la iglesia católica. El dogma que allí fue determinado dice: no debe creerse en el espíritu, solamente en el cuerpo y en el alma, siendo que el alma contiene una especie de espíritu. Pero que el hombre consiste realmente de cuerpo, alma y espíritu, ha sido desmentido por la iglesia católica. Esta abolición ha acontecido en la iglesia católica, bajo el impulso directo y al influencia de Gondhischapur ¡sucede, mis queridos amigos, que la historia real tiene otro fundamento que aquel que se implementa para el “uso diario”, manipulando a los hombres!

Por el Misterio de Golgotha, el hombre se ha tornado más cercano al espíritu. De esta manera en el hombre existen dos fuerzas: la fuerza que anímicamente lo asimila a la muerte – la fuerza aquella que nuevamente lo libera de la muerte e interiormente lo conduce al espíritu.

Esa fuerza, mis queridos amigos ¿qué fuerza es? Les he dicho: es una especie de enfermedad, aquello que dentro el hombre está negando lo divino. La disposición es una especie de enfermedad, que todos nosotros portamos en nuestro interior, dentro de la humanidad civilizada, en virtud de nuestro mero cuerpo. Pero negar al Dios – es una enfermedad, dice la ciencia espiritual… esa enfermedad empero la tenemos en nuestro interior. Y, al entendernos debidamente, recién no estamos negando a Dios, cuando lo volvemos a encontrar a través del CRISTO. Así, como nuestro cuerpo contiene una fuerza del Cristo en nuestro interior, a consecuencia del Misterio de Golgotha tenemos una fuerza sanadora, benéfica dentro de nosotros. Para todos nosotros en el real sentido de la palabra, el Cristo REDENTOR, el MÉDICO frente a la enfermedad aquella, que puede convertir al hombre en negador de Dios. El Cristo es un médico frente a este hecho. Es un médico con respecto a esa enfermedad oculta que les he caracterizado ahora.

En muchos sentidos, nuestra época es una nueva renovación de aquellas épocas, que en parte han tenido lugar por el Misterio de Golgotha, en parte por aquello que en 333 aconteció, y en parte tuvo lugar en 666. Esto tuvo muy determinados efectos. Comprendemos debidamente al Misterio de Golgotha, al tener certeza de lo siguiente: no podemos comprenderlo mediante las fuerzas que le fueron dado al hombre tan solo por el hecho de que físicamente, hasta su muerte vive en un cuerpo físico. Hasta los contemporáneos, los Apóstoles-contemporáneos, recién en el tercer siglo, es decir, largo tiempo después de su muerte, pudieron comprender al Misterio de Golgotha a partir de sus propias fuerzas. Todas estas cosas entran en la evolución, a través de todas estas cosas, mucho acontece. Y ha acontecido lo siguiente. Mis queridos amigos, hoy estamos en una situación muy diferente a aquella en la cual han estado los contemporáneos del Cristo, o en los siguientes siglos han vivido hasta el siglo séptimo. Ya estamos viviendo en la quinta era post-atlántica y ya hemos recorrido una parte de la misma; estamos viviendo en el siglo veinte. Esto tiene como consecuencia, que al nacer como alma, desde el mundo supra sensorio entramos al mundo sensorio, ahora vivenciamos nuevamente siglos anteriores en el mundo espiritual. Del mismo modo, como aquellos que han sido contemporáneos del Misterio de Golgotha, así nosotros vivenciamos una especia de imagen-espejo, antes de nacer, referida a siglos antes de nacer. Esto cobra validez empero únicamente para los hombres de la actualidad. Al nacer en el mundo físico, los hombres de la actualidad todos portan consigo algo, que es como un reflejo del Misterio de Golgotha, como una imagen-espejo de aquello, que siglos del Misterio de Golgotha se ha vivencia en el mundo espiritual.

Por cierto que este impulso no puede ser contemplado de manera directa por aquellos que no tienen la visión suprasensoria; pero todos pueden  vivenciar dentro de sí, el efecto de este impulso. Y al vivenciarlo, encuentran la respuesta a la pregunta: ¿cómo encuentro al Cristo?

Para ello es menester la siguiente vivencia: mis queridos amigos, se encuentra al Cristo, al tener las siguientes vivencias: en primer lugar que nos digamos: quiero implementar AUTOCONOCIMIENTO en la medida en la cual me es posible según mi personalidad individual humana. Nadie que hoy con sinceridad se encuentra en la búsqueda de ese auto-conocimiento, como ser humano hoy podrá afirmar otra cosa que: lo que estoy buscando, en realidad no lo puedo comprender. Con mi capacidad comprensiva quedo atrás de aquello que estoy buscando, siento una impotencia con respecto a mi búsqueda. Esta vivencia es algo muy importante. Esta vivencia la tendría que tener todo aquel, quien en sinceridad consigo mismo, se dispone a la auto-consulta: un cierto sentimiento de impotencia. Este sentimiento de impotencia es saludable, dado que el mismo no es otra cosa que la sensación de la enfermedad, y sucede que estamos más enfermos  al tener una enfermedad sin sentirla. Al sentir la impotencia de elevación hacia lo divino en un momento interior de la cual les he hablado, que nos está implantada. Y al sentir esa enfermedad, sentimos que nuestra alma en realidad a través de nuestro cuerpo, tal como hoy es nuestro cuerpo, estaría condenada asimismo a la muerte. Entonces, cuando con suficiente fuerza sentimos esa impotencia, se produce el cambio. Entonces llega la otra vivencia que nos dice: cuando no nos entregamos a aquello que logramos realizar mediante las fuerzas de nuestro cuerpo, cuando nos entregamos a aquello que nos brinda el espíritu, podemos superar esa muerte interior del alma. Podemos tener la posibilidad de re-encontrar nuestra alma, para conectarla al espíritu. Podemos experimentar la nulidad existencial por un lado y la magnificación de la existencia procedente de nosotros mismos, al poder superar la impotencia. Podemos sentir la enfermedad de nuestra impotencia y podemos sentir la  redentor, la FUERZA SANADORA, al haber adquirido parentesco con la muerte en nuestra alma. Al sentir al redentor, sentimos que en nuestra alma portamos algo que a todo momento puede RESUCITAR de la muerte, dentro de la propia vivencia interior. Cuando buscamos estas dos vivencias, encontramos al Cristo en nuestra propia alma.

Esta es una vivencia, hacia la cual está avanzando la humanidad. Ángelus Silesius lo ha dicho al pronunciar las significativas palabras:

“Solamente cuando levantas la Cruz de Golgotha en tu propio interior, te puede redimir del mal.”

Esta cruz puede ser erguida en el hombre, al sentir los dos polos: la impotencia a través de lo físico, la REDENCIÓN mediante su ser espiritual, la resurrección.

La vivencia interior, que consiste de estas dos partes es aquello que realmente tiene hacia el Misterio de Golgotha. Se trata de un acontecimiento, frente al cual no podemos alegar no tener facultades suprasensoriamente desarrolladas. No son necesarias al respecto. Necesitamos tan solo, real reflexión propia y la voluntad de la obtención de esa reflexión propia, y asimismo la voluntad de luchar contra aquella soberbia, hoy tan frecuente que impide al hombre notar que cuando confía en sus propias fuerzas, se torna altanero frente a sus fuerzas propias. Cuando no podemos sentir frente a nuestra propia soberbia, que a través de nuestras propias fuerzas nos tornamos impotentes, entonces no podemos sentir ni la muerte ni la resurrección, no podemos sentir los pensamientos de Ángelus Silesius:

“La Cruz de Golgotha no puede redimirte del mal, a no ser que la levantes en tu propio interior.”

Luego empero, cuando podemos sentir IMPOTENCIA y RECUPERACIÓN de la  impotencia, entonces para nosotros se produce el caso afortunado, de obtener una real relación hacia el Cristo-Jesús. Dado que esta vivencia es la repetición de aquello que con anterioridad de siglos, vivenciamos en el mundo espiritual. Así, lo tenemos que buscar en su imagen-espejo aquí en el alma, en el plano físico. Al buscar dentro de nosotros mismos, hallaremos la impotencia. Y  después de haber hallado la impotencia, al seguir buscando, encontraremos la redención de la impotencia, la resurrección del alma hacia el espíritu.

No permitan empero ser confundido en estos asuntos, a través de lo divulgado por la mística, o asimismo por determinadas confesiones positivas. Al hablar del Cristo, Harnack por ejemplo dice cosas que no son la verdad, por la simple razón, de que aquello que está diciendo del Cristo, podemos decir del Dios en general! Lo podemos decir del Dios de los Judíos, como también del Dios de los Mohametanos, de todos. Y muchos de aquellos que hoy pretenden ser iluminados, están diciendo: yo vivencio al Dios dentro mío… pero, solamente están vivenciando al Dios-padre, y  al mismo, tan solo  en una figura disminuida, porque en realidad no se dan cuenta que están enfermos y solamente están repitiendo de manera tradicional. Algo así por ejemplo está llevando a cabo Johannes Müller. Pero todos ellos, no tienen Cristo alguno; puesto que la vivencia crística no consiste de una vivencia de Dios en el alma humana, sino de las dos: de la vivencia de la muerte en el alma a través del cuerpo, y la resurrección del alma a través del espíritu. Y aquel que a la humanidad le dice, que no solamente está sintiendo dentro de sí al Dios, tal como lo afirman también los teósofos meramente retóricos- sino que puede hablar de los dos acontecimientos: de la impotencia y de la resurrección de la impotencia, ese sí está hablando de la verdadera vivencia del Cristo. Ese empero, por un camino supra-sensorio, toma contacto con el Misterio de Golgotha; él mismo encuentra las fuerzas que incentivan las fuerzas suprasensorias, conduciéndolo hacia el Misterio de Golgotha; él mismo encuentra las fuerzas que incentivan las fuerzas suprasensorias, conduciéndolo hacia el Misterio de Golgotha.

Hoy, mis queridos amigos, no resulta ser desesperante, encontrar al Cristo en nuestra propia vida, dado que lo encontramos al habernos re-encontrado, pero a partir de la impotencia.

Todo el sentimiento de nulidad, que nos sobreviene, cuando sin soberbia reflexionamos acerca de las fuerzas propias eso es lo que debe preceder al impulso del Cristo. Místicos que se suponen ser inteligentes creen, que al poder decir tan solo: en mi yo he hallado al yo superior… que eso es el cristianismo. ¡Esto no es el Cristianismo! El cristianismo tiene que estar situado sobre la oración:

La cruz de Golgotha no puede redimirte del mal, sin que también la levantas en tu propio ser.

Ya en las particularidades de la vida podemos percibir, cuan cierto es lo que estoy diciendo, y luego desde estos pormenores podeos ascender hacia la elevada vivencia de la impotencia, y de la resurrección de la impotencia. Bueno seria, mis queridos amigos, sobre todo en nuestra época presente, si los hombres por ejemplo podrían hallar lo siguiente. En la profundidad de las almas humanas, con certidumbre existe una tendencia orientada hacia la verdad. Pero, justamente cuando estamos inmersos en este propósito de decir la verdad, y luego al estar reflexionando acerca de esta expresión de la verdad, podemos dar un primer paso en dirección a la impotencia del cuerpo humano frente a la verdad divina. En el momento en el cual realmente practicamos la autoreflexión, hablamos sobre ese hecho, descubriremos algo muy particular. El poeta lo ha sentido al afirmar: HABLA el alma, entonces, ay, el ALMA deja de hablar. En el camino en el cual verdaderamente vivenciamos aquello que en el interior, en el alma, vivenciamos como verdad, se convierte en habla, ya se embota. En el hablar no perece por completo, pero ya se embota. Y aquel que conoce al lenguaje sabe que únicamente los nombres propios que señalan UNA sola cosa, son las definiciones correctas para esa cosa. Tan pronto como tenemos nombres generalizados, ya sean sustantivos, verbos o adjetivos, ya no nos expresamos mediante la plena verdad. Entonces, la plena verdad consiste en que tenemos conciencia del  hecho, de que con cada oración tenemos que alejarnos de la verdad. En lo científico-espiritual, se intenta llegar a la resurrección mediante esta confesión: con cada afirmación estamos diciendo la no-verdad… a menudo yo les he dicho que en la ciencia espiritual, no cobra tanta importancia lo que se dice – dado que esto del mismo modo estaría supeditado a ese juicio de impotencia – sino que todo depende de cómo se dice. Tratemos una vez, de realizar el seguimiento para ver como cada cosa puede ser caracterizada desde los más diversos puntos de vista, como siempre se intenta, caracterizar una cosa desde un lado o desde otro: solo entonces podemos acercarnos a las cosas ¡Aquel que las palabras mismas son algo diferentes que la euritmia, se equivoca muchísimo! Las palabras tan solo son una euritmia, llevada a cabo por la laringe con el apoyo del aire. Se trata de gestos, solo que hacen con la laringe. Tenemos que tomar conciencia de que estamos indicando algo y que solo obtenemos una correcta relación hacia la verdad, cuando en la palabra indicaciones, contemplamos aquello que queremos expresar- y cuando como seres humanos convivimos de manera tal de tener conciencia que en las palabras viven indicaciones. Entre otras cosas, esto lo quiere señalar también la euritmia, que al cuerpo entero lo transforma en laringe – vale decir, a través de la persona entera aquello, que de otro modo expresa la laringe – para que los hombres nuevamente puedan percibir, de que cuando están hablando al lenguaje de los sonidos, solamente están haciendo gestos. Digo: “padre”, digo: “madre”… al generalizar todo, puedo expresarme verdaderamente tan solo, cuando el otro se ha familiarizado conjuntamente conmigo en el elemento social de estas cosas, cuando entiende el gesto. Resurgimos de la impotencia tan solo, cuando ya podemos sentir frente al habla, celebramos a partir de ello la RESURRECCIÓN, cuando entendemos que – al abrir la boca – ya tenemos que ser cristianos. Aquello que se ha generado de la palabra, del logos en el curso de la evolución puede ser comprendido únicamente, cuando el logos se une nuevamente con el Cristo, al tomar conciencia:  al convertirse en herramienta de la expresión, nuestro cuerpo adultera la verdad, de modo tal que en parte deja de existir en nuestros labios, y la vivificamos nuevamente en el Cristo al tomar conciencia, que la tenemos que espiritualizar, vale decir: EN EL PENSAR, HACER PARTICIPAR AL ESPÍRITU-no meramente al habla como tal, sino hacer participar al espíritu.

¡Esto es lo que tenemos que aprender, mis queridos amigos!

Quiero repetir aquí, aquello que he dicho en diversos lugares públicos: y es que podemos hacer un descubrimiento muy particular. Lo quiero caracterizar en un caso especial. He estudiado detenidamente las publicaciones realmente muy interesantes, escritas por Woodrow Wilson. Conferencias acerca de la historia norteamericana, literatura norteamericana, vida norteamericana. Podemos decir que por ese Woodrow Wilson, de manera grandiosa es narrada la evolución norteamericana, así como tienen lugar del oriente norteamericano hacia el occidente. Se expresa de manera típicamente norteamericana, fascinantes son esas conferencias públicas, llamadas Cultura-Literatura; le tengo estas publicaciones, conocemos la esencia norteamericana, dado que Woodrow Wilson es el más típico norteamericano. He comparado diversas cosas en las disertaciones de Woodrow Wilson (la comparación puede ser realizada objetivamente) con dichos de Herman Grimm, un hombre que es plenamente típico alemán del siglo19, típico europeo-central del siglo 19, un hombre que a través  de su manera de escribir me es tan simpático, como Woodrow Wilson me es absolutamente antipático. Amo la manera de escribir de Herman Grimm, y percibo como algo, por lo cual siento un profundo rechazo, el modo de escribir de Woodrow Wilson, pero podemos ser completamente objetivos: el típico norteamericano Woodrow Wilson, escribe de manera grandiosa y fascinante, sobre todo, acerca del típico ser norteamericano. Y entonces vino al caso otra cosa, al comparar publicaciones de Woodrow Wilson y publicaciones de Herman Grimm, en las cuales ambos se han referido al método de la historia: podemos contemplar oraciones de Woodrow Wilson, que concuerdan exactamente, casi verbalmente, con oraciones escritas por Herman Grimm al idioma de Woodrow Wilson: concuerdan plenamente. ¡Todo plagio es imposible! De ninguna manera estoy señalando esto. Aquí está el punto donde podemos afirmar: ¡cuando dos dicen lo mismo, no es lo mismo! Puesto que ahora se convierte en problema: ¿qué particularidad existe para que Woodrow Wilson en realidad refiera a sus americanos de una manera mucho mas penetrante y subjetiva que Herman Grimm jamás lo ha hecho, y al hacerlo, habla con frases dichas por Herman Grimm? ¿De dónde proviene esto? Realmente se convierte en problema.

Al estudiar el caso, nos encontramos con lo siguiente, mis queridos amigos: al observar a Herman Grimm, a todo lo que ha escrito, podemos ver: ¡cada oración se basa sobre la LUCHA personal, individual! Todo acontece a la luz de la cultura del siglo 19, pero a partir del ALMA CONSCIENTE directamente.

Esplendorosamente refiere Woodrow Wilson, pero poseído por algo que se radica en su subconsciencia. Existe una posesión DEMONÍACA. En su subconsciente hay algo, que le indica aquello que luego escribe. El demonio, que naturalmente aparece en un americano del siglo 20, está hablando a través de su alma ¡por eso, lo magnánimo, lo poderoso!

Hoy, mis queridos amigos, donde la indolente humanidad a menudo dice al estar leyendo algo_ esto ya lo he leído en tal o cual lugar… donde solamente se ocupa del contenido. Hoy es el momento en el cual la humanidad tiene que aprender, que lo esencial no es el CONTENIDO, sino QUIÉN lo está exponiendo; que tenemos que conocer al  hombre a partir del QUÉ está diciendo, por el hecho de que las palabras solamente son gestos, y debemos saber, QUIÉN realiza esos gestos. Eso es aquello a lo cual la humanidad debe integrarse. Aquí estamos frente a un enorme misterio de la vida rutinaria, mis queridos amigos. Es diferente, sine el yo personal, mediante la lucha es adquirida una frase tras la otra… o si por el contrario, es impuesto desde abajo o desde arriba, desde los costados de alguna manera.

El imponer por ejemplo, resulta ser más SUJESTIVO, por el hecho de que frente a aquello que se obtiene mediante la lucha, nosotros a su vez tenemos que pelear por cada oración a su vez. Y se aproxima el tiempo, en el cual ya no tenemos que contemplar al mero contenido textual situado frente al alma, sino que tendremos que contemplar sobre todo a aquellos, que algo tienen para decir – no a la personalidad externa, física, sino al contexto global humano espiritual.

Cuando hoy los hombres preguntan: ¿cómo encuentro al resto? Entonces tenemos que dar una respuesta de esta índole, dado que el Cristo no puede ser alcanzado mediante un fantaseo cualquiera, o mediante una cómoda mística, sino que solamente puede ser alcanzado, cuando tenemos la valentía de ubicarnos directamente en la vida. Y en tal caso tenemos que sentir la impotencia frente al habla, a la cual lo ha conducido el cuerpo, por el hecho de que se convierte en portante del habla, y luego la RESURRECCIÓN DEL ESPÍRITU EN LA PALABRA. Esto es. No tan solo: “la letra mata, al espíritu vivifica”, dicho que muchas veces es mal-entendido, sino que también el sonido mata y el espíritu recién tiene que re-vivir, al vincular concretamente y en los pormenores vividos al Cristo y al Misterio de Golgotha. En este primer paso encontramos al Cristo. ¡Buscar! No tan solo cuando por aquí y por allá se encuentran esas palabras – contemplar su CONTENIDO (hoy las personas están habituadas a esto), sino buscar los contextos humanos, indagar CÓMO las palabras proceden del lugar de donde provienen. Esto cobra una importancia cada vez mayor,. En el caso de que varios entre nosotros tomarían en cuenta esto, no experimentaríamos con frecuencia llega gente que dice: este hombre ha hablado muy “antroposófico”, o muy “teosófico”… no dependen las palabras implementadas: SINO, A PARITR DE QUÉ ESPIRITO PROVIENEN. Mediante la antroposofía no queremos divulgar palabras sino un nuevo espíritu, de hecho el espíritu del Cristianismo del siglo 20, que a partir de ahora debe imperar.

25.10.2016